Ella ignora lo que sucede. Ignora que todo ha cambiado, o al menos pretende ignorarlo. No quiere darse cuenta de que cada cosa lleva su tiempo, que cada etapa de la vida comienza y acaba en algún punto. No quiere creerlo, prefiere no pensarlo. Pasa las horas disfrutando, evadiéndose a otros pensamientos. 

Pero no se puede reprimir la tristeza del cambio. Nunca es fácil decir adiós, ni si quiera hasta luego; y menos si es algo así. 

Y en el momento menos pensado, en el detalle más insignificante, todos los recuerdos le inundan. Todo aquello que se ha ido. Respira. Llora un poco. Y lo asume, deja que se vaya poco a poco, como una lágrima por la mejilla.

Su vida ha dado un giro, ya nada es lo mismo.

Pero nadie dijo miedo. 

Querría ser aire. Ser aire y no pensar. 
Ir de aquí para allá, girando en cada esquina, más rápido, más despacio. Nunca parar. Querría ser a veces invisible, a veces necesaria.
Querría ser esa pieza clave del ciclo de la naturaleza que es la vida de todos los demás.
Querría subir, bajar. Querría ser a veces del tipo que molesta y otras veces del que reconforta. 
Querría ser todo y más. 
Pero sólo soy yo en una inmensidad de posibilidades que no para de pensar. 

Queriendo hacer lo correcto acabas jodiéndolo todo.
Acabas rallándote por no saber qué hacer. Por no saber qué es lo que te pide el cuerpo que hagas. La historia de tu vida: indecisión.

La locura más brillante puede estar ocurriendo.

Ponerle un titulo a una entrada en blanco. Curioso. Pero es lo que me ha salido. 

Y es así, tengo la firme convicción de que un sentimiento impulsivo es lo que nos mueve, o al menos lo que debería dirigir nuestro camino, nuestros pasos. Para así más tarde no arrepentirnos, para no decir "debería haber hecho". No. Es lo que sentiste y seguiste tu impulso. Llámalo corazonada, llámalo X. 

Y a pesar de todo lo que estoy sintiendo ahora mismo, que no es poco, estoy siguiendo mis impulsos. Lo que me pide el corazón, la razón y el cuerpo. A cada instante, en cada momento. 

Quizá es por eso que estoy sintiendo tantas cosas a la vez. Quizá me sorprendo a mi misma viendo mis cambios de humor, de llanto a risa a carcajadas, de lágrima a sonrisa, de nubes a sol. 

Pero no me arrepiento. Y prefiero vivir sintiendo que vivir pensando en qué debo sentir. Es confuso, lo sé, incluso yo misma no me entiendo realmente; pero cada paso es un sentimiento que me guía por sí solo.

Veo la luz que hay en todo esto. 

La oportunidad para seguir, vivir,imaginar, crear y disfrutar de la vida como nunca antes, de otro modo, desde otra perspectiva.