martes, 27 de noviembre de 2012

Deja que la vida te sorprenda.

Dejas que la vida te sorprenda en cada parte del día. Y ahí tu te sorprendes con la facilidad que tienes para dejar ciertas cosas de lado y centrarte en lo que realmente merece la pena. Te sorprendes al pensar en todo lo que tuviste, lo que vino, lo que se fue, en todo lo que podría ser, en todo lo que vendrá.  De la capacidad de recordar que tienes, de lo intenso que puede llegar a ser el recuerdo de unos besos, de un sentimiento.
Porque así descubres algo nuevo en ti, porque lo que estás haciendo día a día es vivir.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Si pudiera

Nada más allá de lo normal, que somos personas. 
Que me gusta hablar y me gustan las palabras sinceras y a la cara, los susurros al oído y los besos en el cuello. Que quizá soy retorcida y complicada, que pienso las cosas demasiado y me sorprendo a mí misma con mis decisiones de último minuto. Que mantengo una convicción mucho tiempo y al final del todo decido cambiar de opinión, darle la vuelta a lo decidido... Que pienso A y al minuto pienso B, que el silencio me tortura pero las charlas me agotan.

Que si pudiera escaparía de la rutina y de la mierda que viene encima. Iría lejos. Lejos de todo lo que no necesito. Si pudiera, me quedaría con lo bueno de cada pensamiento, de cada persona, con el valor de un recuerdo y la importancia de cada momento... 
Eso. Si pudiera. 

sábado, 10 de noviembre de 2012

En lo más pequeño.

Dicen que todo lo bueno acaba pronto, que las cosas en la vida son difíciles por naturaleza, que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes... Eso dicen.
Personalmente, prefiero pensar que acaban porque las has disfrutado al máximo, las has agotado; que son difíciles porque así es como nos sale verlo; y que en realidad sabes bien lo que tienes solo que cuando lo pierdes descubres que quizá no volverás a encontrarlo de nuevo, que descubres el miedo. 

Pequeñas cosas de la vida. Como que un día salga nublado y me esfuerce en sonreír; como una tarjeta que diga lo siento, un susurro que te hiele o un abrazo que descomponga el alma. En las cosas más pequeñas de la vida, los detalles, las palabras supuestamente insignificantes, es donde residen los mayores sentimientos, los más intensos. Donde se puede apreciar un complejo conjunto de ideas, donde se pueden hallar todas las respuestas. 

Donde se sabe que un adiós es, en verdad, un hasta luego; que un "te quiero" es sincero; que un "me importas" es dicho desde el alma. Ahí, donde residen todos nuestros secretos.

lunes, 5 de noviembre de 2012


Debería ser más sencillo distinguir qué es lo que siente nuestra alma. Al menos hay ciertas personas a las que eso nos cuesta. Distinguir qué siento en un momento determinado, qué quiero hacer con vida, a dónde quiero ir y cómo quiero llegar.
Pero la vida es una vida de incertidumbres. De no saber si la decisión que estás tomando te llevará a donde realmente quieres llegar, o si por el contrario es todo lo que necesitas y te pide el cuerpo...

Deja que la vida que surja poco a poco, que se descubra por sí sola.