miércoles, 27 de febrero de 2013

Un suspiro.

Mi corazón, vacío,
de palabras, de suspiros, 
agotado, en la distancia,
se refugia, esconde el alma.
No he sabido detenerle;
ya no sabe, ya no duerme.
Confianza, ¿dónde fuiste?
Quiero ahogarme y evadirme.
Las palabras ya no sirven, 
y los recuerdos oprimen.
Sólo quedas tu -la espera-
y dejarme llevar por la marea.

viernes, 22 de febrero de 2013

Imparable.


Reprimido está el deseo de tenerte,
mas el miedo me conduce
–el de perderte-
por la senda en que se oculta mi agonía;
y las penas que no lloro
se consumen
 en un triste amanecer
hecho pedazos.

domingo, 17 de febrero de 2013

No más vueltas sin sentido


Si todo estuviese previsto en la vida, ¿qué intriga quedaría sobre el qué traerá el mañana? Es una reflexión precisa tras una reflexión constante al darle vueltas a todo. Si supiéramos qué va a pasar, minuto por minuto, vivir perdería su gracia. 

Por eso voy a disfrutar poco a poco, y volver a sacarle jugo a la vida. Exprimirla en cada segundo, descubrir lo bueno que me trae a cada paso que doy. Dejar lo malo detrás, dejar de pensar en consecuencias fatales y dejar de ser una máquina que evalúa todas las posibilidades. Empezar a sentir.
¿Qué te pide el corazón? ¿Qué quieres y necesitas ahora mismo? 

Esta perspectiva que había perdido, la recupero como filosofía de vida. 

jueves, 7 de febrero de 2013

Querría.

Querría poder luchar por ti. Querría tener la fuerza y la esperanza de que luchando conseguiría lo que se supone que queremos. Pero te has dado por vencido tan deprisa que no queda otra que replantearme que realmente lo que sentimos es muy distinto. 
Lucharía si tuviera esperanza y un corazón que me espere. Pero no hay nada. 
Sólo quedo yo, siendo fuerte y luchando por nadie más que por MI.

miércoles, 6 de febrero de 2013

what else.

I almost feel strong to write something that describes how I feel, but the pain I have inside of me is too hard for me. I'm gonna get out of here, I swear. 
It only needs time. 

domingo, 3 de febrero de 2013

Finalmente

Y lo sabía. Tonta de mí. Sabía que iba a llegar este punto en el que me estrellase contra la pared. Tarde o temprano. Aunque ha sido antes de lo previsto.
Solo queda rabia, por ambas partes, de saber que lo que no puede ser no es ni será. Que la vida a veces nos lleva por caminos que no entendemos, que no tienen sentido. Que no tiene ni pies ni cabeza distanciarse al sentir tanto, pero solo queda resignarse y apreciar lo que ha sido, asumiendo que ahí se queda, estancado, como una etapa de la vida, como una experiencia más, que se ha agotado porque se ha exprimido al máximo. No hay más. Quizá un llanto, rabia mutua y un hasta luego.