sábado, 18 de mayo de 2013

Impulso inconsciente.

¿Y si tu cabeza tuviera un doble fondo? Una parte inconsciente que a veces te deja ver sus jugadas y te muestra hacia dónde estás caminando "conscientemente". Que te deje saber que estás yendo al destino que deseas y no al que debes.

Esos pasos agigantados que damos sin pensar, pensando. Cuando nuestra razón hace la vista gorda y mira hacia otro lado. Esos que salen solos, los llamados impulsos del corazón.

Es saber que debo hacer algo que odio, y hacerlo mal sin realmente darme cuenta, para acabar llegando a mi meta, a ese destino que deseo y en el que no dejo de pensar. A veces me invade, me dejo llevar demasiado. Me alejo de la realidad, del orgullo, de la razón y de tener la conciencia tranquila. A veces sólo soy yo queriendo a momentos, viviendo sentimientos.

viernes, 17 de mayo de 2013

Sobre mí.

Será porque un amigo me animó a hacerlo, o quizá simplemente sea porque me aburre soberanamente lo que tengo que estudiar, pero voy a intentar retar a mi propia descripción e intentar definirme dentro de lo que me deje mi ser.


Soy una chica, cómo decirlo... sencillamente complicada. Soy sonriente, ñoña, me gusta que me mimen y demostrar afecto cuando me sale: tengo ataques de amor. Me sonrojo con facilidad, pero también me mosqueo con cierta frecuencia aunque me lo calle. Soy de fijarme en los detalles, en esas pequeñas cosas que quizá pasan desapercibidas para el resto del mundo. (Será por eso que una de mis películas favoritas es Amelie). 

No voy a negar que a veces llega al punto de obsesiva inconformista, me ha costado aceptarlo pero tengo ataques de esos. Soy, quizá se diga así, un tanto inconstante, pero efusiva. Me dominan mis emociones y en la mayoría de casos eso gusta, soy yo misma. Soy sencilla en mi complicación. No soy difícil de conocer ni introvertida ni difícil de llevar. Sé que tengo unas pautas con las que puedes llevarte de maravilla conmigo, el problema es que aun estoy por definirlas.

Por otro lado, he de aceptar que soy (algo) friki, lo justo para hablar de superhéroes o del Señor de los Anillos sin sonar a gamer. Me encanta ver series (versión original si es posible) tapada con una manta o pelis con buena compañía.

Me gusta el chocolate, pero no en exceso; me gustan los besos lentos y en el cuello. Me gusta la música, cantar, buena compañía, el sol, el buen tiempo. Soy feliz con solo eso. Y risas. Sonreír. Disfrutar de que estoy viva y aún soy joven. Hablar con mis amigas de sexo o filosofar acerca de qué nos deparará la vida. Y soy de esas personas que aunque no te abras a mí, si me importas, haré lo necesario para que sepas que me tienes ahí, esperando a escucharte.


Lo siento, este texto a quedado un poco descolocado, como yo. 
Aún hay mucho camino por recorrer. 




viernes, 10 de mayo de 2013

¿Miedo?

Si nos es difícil contar a la perfección lo que sentimos es porque es muy complicado determinar claramente qué sentimos, sin esquinas ni vueltas, sin añadidos, únicamente sentimientos puros, qué y cómo quieres algo.
Y esto sucede por las murallas, difíciles de ver, que creamos en nosotros, esas que nos da miedo derruir, esas que se forjan con el miedo al qué dirán, el miedo a ser rechazados o a exponerse al sufrimiento.

Sinceramente, esas barreras se habrán hecho por algo, tendrán su porqué, pero hay veces en la vida en que merece la pena arriesgarse, quitar una pequeña pieza que nos deje ver la inmensidad de lo que estamos perdiéndonos. Y esto es, como todo lo que nos da miedo confesar, lo que en realidad queremos. Lo sabes, pero no te arriesgas a dar el paso. Sabes lo que quieres, sabes lo que te retiene, pero te pones excusas inútiles que te hagan quedarte refugiado, protegido, pero sin avanzar, perdiéndote todo aquello que más deseas.

A todo aquél que lea esto, te invito a ser valiente, a ser consciente de la magnitud de lo que puedes llegar a vivir. Deja que caigan tus muros protectores, arriésgate y vive. Sonríe :)

miércoles, 8 de mayo de 2013

As I'm watching you sleep.

Las esquinas de esta cama se hacen demasiado pequeñas para esconder las ganas que me quedan de abrazarte. Te miro y me sorprendo de cuan fácil haces todo sólo con estar a mi lado. Y, aunque al mismo tiempo sea complicado, aunque llevemos arrastrando las migajas de lo que empezamos una vez hace ya mucho, el puzzle se va recomponiendo. Cada vez todo encaja mejor, llegó el punto en que todo se ve más sencillo.

Te miro al dormir y no puedo evitar esbozar una media sonrisa. Mi felicidad no puede contener sus ganas de besarte. Te has vuelto rutina, una que me encanta, y tu sonrisa cada vez se queda más grabada en mi piel y yo no puedo hacer nada, eres como el Arma que descompone mi cordura, mi ser, mis fuerzas. Me dejo llevar en la inmensidad de tus ojos y tu boca, esa boca que me pierde...

Ha pasado tan solo un momento desde que me distancié a pensar y ya te echo de menos. Me tumbo a tu lado, te abrazo, te huelo, te miro y sonrío: eres mío.


lunes, 6 de mayo de 2013

Vivirte.

Hay veces, en mi caso la mayoría, en que la supuesta fuerza de voluntad que tengo desaparece cuando me doy cuenta de que sería más sano distanciarme de algo que me apasiona y que me hace perderme a mí misma. Es ahí cuando me doy cuenta de cuánto me gustas. No hay orgullo, no hay barreras. 

Y a cada momento que pasa me doy más cuenta de cuántas ganas tengo de vivir(te). De ser locura, más aún, darlo todo y entregarme en cuerpo y alma. De arriesgarme en algo que me encanta. Puede ser momentáneo, hay que ser realistas. Sí, todo llega, todo pasa, mejor disfruta del viaje. Porque la cuestión no es qué pasó ni qué queda por venir, es qué estoy viviendo, cuáles son mis posibilidades, aquí y ahora.

Las cosas pueden cambiar tanto, para bien o para mal, y con una rapidez tan impredecible e imperceptible, que necesitamos aferrarnos al momento que se presenta, dejarlo surgir, dejarnos sentir. No hay más. ¿Por qué no entregarse? La vida trata sobre eso, arriesgarse, darlo todo. Vivir el momento, sentirlo. 

miércoles, 1 de mayo de 2013

Puntos indecisos.

¿Con qué derecho te crees para irrumpir así en mi vida de nuevo y ponerla patas arriba? No sabes de lo que eres capaz en mí. Quizá sí y eso es lo peor. ¿O acaso aún no sabes que eres mi debilidad?

Mi cabeza da vueltas sin parar preguntándose qué es lo que va a pasar, si realmente debería parar. El miedo, otra vez, consume. La inseguridad que ofreces hace que me desvanezca. Y tu inconstancia se muestra como reflejo de que nada te importa lo suficiente. Es así, lo siento si duele. No sé qué quieres. Tú tampoco y ese es el problema, que no sabes lo dispuesto que estás a dar, a entregarte, que no quieres arriesgarte. 
O quieres pero no puedes.

Pues, sinceramente, basta ya de dar vueltas, estoy cansada. De los líos que nuestra historia lleva enredados, de los dardos envenenados que lanzan sutilmente tus sucias costumbres sin querer. Quiero un cambio, quiero todo de ti solo si estás dispuesto a darlo. No me conformo con menos, ni quiero, ni puedo, ni me lo merezco. 
Quiero correr a todo esto un tupido velo y olvidarme de eso que llaman sufrir por amor. Quiero que dejes de ser inspiración, que me dejes mi concentración y mis ganas de marcharme. Déjame alejarme de la atracción que brinda tu cuello, déjame no necesitarte, déjame que vuelva de tus caricias algo evitable. 


Está claro que esto son solo divagaciones mías de una entre mil posibilidades. Que luego, como siempre, tú vendrás a romper todos los esquemas, a querer besarme. Y yo, tonta presa en tu mirada, haré como toda respuesta una inevitable sonrisa de quien se pierde con tu boca.