24 Agosto 2012
En la profundidad del sollozo más sonoro,
en el rincón de las lágrimas interminables,
en la ineludible tristeza en que te ahogas,
ves un único camino hacia el que te diriges.
Sabías de su existencia, ignorabas cuándo llegaría y deseabas quedarte donde estabas sin tener que avanzar; pero el camino de la vida y la muerte no se pueden separar y lo único a lo que podemos resignarnos es a andar; andar y caminar.
Caminar acompañado, recordando experiencias y personas que te llevaron a donde estás ahora.
Y superar los obstáculos que te pone la vida, demostrándote cuan fuerte eres por ti y por todos a los que quieres.
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