viernes, 15 de marzo de 2013

Se vuelve rutina tu recuerdo.

Vuelve la misma rutina de todas las noches: los recuerdos hechos costumbre, los reproches. Que las palabras me recuerden a ti y no fuerce a mi mente a dejarte ir, que te quedes aquí, en un rincón de mi mente cuando antes solías estar en un rincón de mis brazos, cuando no te importaba sentirnos inhumanos.
Sé que no debo, y aun así ahí mantengo los recuerdos, esos que me inundan y que no puedo contener. Que me desvelo, por mi, por el miedo, por los sueños imposibles que aun tengo que cumplir. Que ahora serán todos sin ti. 

Y lo acepto, pero lo niego. Soy puro desconcierto, puro y puto desconsuelo. De no tenerte más aquí, de no saber si estarás pensando en mi. De saber que en el fondo no te quiero, ni en mi vida ni en mi corazón, pero aun así te deseo. Deseo los recuerdos de ti que me quedan, cuando todo era sencillo y nuestras independientes y distintas vidas no se entrometían en nuestros momentos, mágicos e intensos. 

Por eso, y por nada, te pienso: porque recuerdo los momentos, aquellos en que me sentía bien y no tenía que pensar en qué iba a hacer. Porque, aunque son cosas de ayer, es algo que por mucho que no quiera,  no olvidaré.

2 comentarios:

  1. Cetera y entrañable entrada.
    Nos leemos.

    Besos ;-)

    ResponderEliminar
  2. Me encanta esta entrada. Solo que por mucho que cueste hay que huír de la rutina y hacer osas que nos hagan felices.
    El deseo... ¡Cómo.me gusta esa palabra! =)

    ResponderEliminar