miércoles, 26 de octubre de 2011

Leave out all the rest

Llega un momento en la vida en la que te das cuenta de hasta dónde has llegado y cómo ha sido el camino que te ha hecho llegar hasta ahí. Particularmente, soy de las que piensan que todo lo que te sucede te lleva a lo que viene después. 
Supongo que se llama, entonces, "madurar" al hecho de descubrir que no serías lo que eres sin tu familia, todos tus fallos, todos tus errores, sin haber tenido tus caídas, tus llantos, tus malos amores, aquella persona que pensabas que estaría ahí siempre y te defrauda, aquella lágrima por algo que en realidad sabes que no la merece... así cientos de cosas que, al fin y al cabo, te hacen seguir adelante. 


Darse cuenta de todo esto una situación complicada, pero también necesaria. Llegas a la conclusión de todos tus temores, tus miedos, tus ilusiones, te consigues definir a ti mismo, al menos en parte, pues siempre hay algo que se te escapa. 
Y ese algo, creo yo, es todo aquello que la gente piensa de ti y no se atreve a decirte. ¿Por qué? Quizá por temor a que tú les digas lo que piensas de ellos. Pero yo tengo la firme convicción de que la sinceridad, en la mayoría de los casos, es un paso al frente. Conocer nuestras limitaciones y ser conscientes de lo que somos, aunque nos duela en el alma, es lo que nos hace avanzar y madurar.


Si la sociedad fuese un poco más sincera y honesta, se resolverían un millón de conflictos que se crean por, simplemente, ocultar información por temor a hacer el ridículo, nada más.

1 comentario:

  1. Me gusta mucho como escribes, creo que te lo he dicho alguna vez.
    Volveré a pasar de vez en cuando.
    Un beso :D

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